domingo, 25 de agosto de 2019

LITIASIS VESICULAR (1ª. Parte)
Dr. Hugo Linares Fuentes   (GASTROENTERÓLOGO)

Comencemos explicando primeramente a cerca de la anatomía de la vesícula biliar, ésta es una bolsa pequeña que mide aproximadamente 5 a 7 centímetros y se encuentra ubicada debajo de la última costilla derecha en la parte delantera del cuerpo humano, contiene la bilis que nos sirve para la digestión alimenticia y su coloración (de la bilis) es amarilla y es la que da el color amarillento de la materia fecal, eliminamos aproximadamente entre un litro a litro y medio cada día, dependiendo de nuestra alimentación, es decir que eliminamos la bilis cada que comemos, asimismo ayuda o facilita el tránsito intestinal, nos sirve para “concentrar” la bilis que viene del hígado y eliminarla con mayor facilidad cuando la requerimos, ésta eliminación se realiza por un tubo que es exclusivamente de la vesícula
 
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SÍNTOMAS.- Las litiasis vesiculares generalmente son asintomáticas, es decir que no dan síntomas, muchísimas veces acudimos a consulta por un dolor abdominal y el facultativo le solicita una ecografía descubriéndose accidentalmente un cálculo, muchas veces el dolor abdominal es causada o se debe a una gastritis y todos pensamos que es un problema de vesícula, los cálculos más problemáticos son los pequeños es decir los que miden alrededor de 8 centímetros y es precisamente la dimensión de la “tubería” por donde sale la bilis, es decir que ese cálculo tiene la posibilidad de obstruirse y no poder ser eliminado por la vesícula, de ésta manera tapona el conducto y trae todos los síntomas que se describen a continuación, dolor intenso en dicho lugar abdominal, la materia fecal es de coloración “blanca sucia”, como no puede eliminarse o expulsarse la bilis, ésta es reabsorbida por la sangre entonces cambia el color de la piel, haciéndose más amarillenta, conjuntamente la coloración de los ojos (las conjuntivas) toma más rápidamente este tinte amarillento, ésta coloración amarillenta se denomina ICTERICIA, debemos diferenciarla de otra enfermedad en la que también adquirimos dicha coloración amarillenta y es en la HEPATITIS pero es fácil darse cuenta la que en la hepatitis no hay dolor, en cambio en la obstrucción por un cálculo, el dolor es extremo y el subsanar quirúrgicamente la obstrucción se hace imprescindible, caso de no hacerlo se produce un patología denominada KERNICTERUS donde el paciente pierde el conocimiento irremediablemente es decir que no vuelve a recobrar la conciencia aún se opere y desobstruya la obstrucción.
 
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Sin embargo, es necesario realizar y ratificar el diagnóstico mediante una ecografía inmediata donde se podrá apreciar la obstrucción del conducto de drenaje, ese estudio nos especificará si se trata de un cálculo único o si son varios cálculos, además nos dirá el tamaño de los cálculos.
           

Todo lo señalado anteriormente es cuando el cálculo obstruye el conducto de drenaje, cuando no se produce la obstrucción, es decir si hablamos de un cálculo de mayor dimensión que no pueda penetrar en el conducto no presentará ningún síntoma y la persona podrá vivir casi sin síntomas molestos hasta su vejez como se ha observado en algunos pacientes.
La próxima semana hablaremos sobre el tratamiento de la litiasis vesicular.

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